2 de septiembre de 2011

Camino al Tíbet


Como no conseguimos tren para cuando nosotros queríamos y por supuesto no íbamos a repetir el viajecito con asiento duro. Este pequeño percance ha hecho que tengamos 4 días para descubrir en la provincia de Sichuan. Teníamos varias opciones:

1. Subir al Monte Emei y visitar el Buda de Leshan, pero es increíblemente turístico y la verdad, pocas ganas de subir un monte lleno de chinos con palmeras y paraguas.

2. El parque natural de Jiuzhaigou.Que queda bastante lejos y nos sabíamos a pasar más tiempo en el autobús que en el parque.

3. Coger la carretera que lleva al Tíbet y visitar pueblecitos pequeños tibetanos.

Esta claro, cual escogimos, no?… exacto, la opción 3. Ya que como no tenemos ni tiempo, ni dinero, ni forma de conseguir un visado al Tíbet (que es una misión imposible). Nos apetecía acercarnos y ver otra cara de China…

La ruta de 4 días empezaba por llegar a Kandging, el primer pueblo donde se puede apreciar la cultura tibetana. El problema como siempre, fue el transporte para acceder a una de las zonas más aislada del país. Cogimos un autobús que tenía que durar, supuestamente, siete horas, según la chica de la oficina de turismo y nueve horas según del conductor. Así que en Gerard y yo llegamos a la conclusión de que sería un viaje largooooo. Porque cuando los chinos empiezan a inventar, es que algo esconden.


Kangding

Pues a las tres horas de camino, no sabemos muy bien porque (misterios chinos) nos quedamos atascados durante más de dos horas y media en la carretera, esperando a que la kilométrica cola de chinos se moviera. Cuando al fin, se ponen en marcha resulta que al cabo de unos kilómetros la carretera estaba en obras, así que teníamos que pararnos a dejar paso al carril contrario. Para media hora, deja pasar, tirábamos media hora más, vuélvete a parar… Casi con tres horas de retraso, el conductor dice que tiene hambre y que nos paramos a comer, venga!! 20 minutos más parados en medio de la montaña. Claro, como el tiempo de los chinos no vale nada, les da igual 9 que 15 horas de viaje.


Still Waiting

Volvemos al autobús, y pensamos, bueno ya…. pues noooooo!!! Los chinos, nunca están!!! Cuando nos quedaba sólo media hora para llegar, el conductor (un mal educado gritón), decide que es hora de parar a limpiar el autobús, porque como se ha ensuciado con las obras… Queeee!! Increible!!! No se puede esperar 30 minutos y limpiarlo allí, noooooooo.

Pero lo peor de todo, es que nuestro hostel cerraba a las 12 de la noche. Así que tuve que llamar y pedir por favor que nos esperaran. La chica no muy convencida me dijo que sí, uff menos mal después de 13 horas en el autobús no tenia yo muchas ganas de ponerme a buscar donde dormir, la verdad.

Bueno, pues casi a la 1 de la mañana  llegamos a Kandking, oeoeoeooe!!! Directitos, nos fuimos al hostel y sorpresa… la puerta estaba cerrada, no, cerradísima. Llamo a la chica y nos dice que lo siente mucho que ha cerrado y que no piensa abrir. Casi la mato!!!!  Pero si es un YHA, como me dejas así de tirada!!!

Pues con el súper cabreo y el Gerard en estado de shock, nos fuimos a buscar un hostel, hotel o algo, yo que se (repito a la 1 de la mañana). Como era de esperar, a la 1 de la mañana los hoteles que estaban abiertos te pedían lo que querían, incluso regateando era impagable. Además, súmale que como hay un cuartel de policía y militares en el pueblo. Había allí una de locales con neones, y más chicas de vida alegre (se me entiende, no?), que en los alrededores del camp nou. Junto a gente con problemitas con el alcohol y gente ofreciente habitaciones en piso que tenían una pinta de picadero que no era normal.






Moda tibetana

Desesperados, ya a las 2 de la mañana con un frío increíble (ya que habíamos subido hasta 2500 mts.) Una señora que parecía medio normal, nos ofreció una habitación, nos miramos y pensamos.. bueno, vamos a verla a ver que. La habitación estaba bien, era barata y eran las 2 de la mañana!. Así que decidimos quedarnos, acto seguido en Gerard reviso todas las sabanas (sorprendentemente estaban limpias), pusimos una trampa con una silla en la puerta, para que no entrara nadie..jajaja y escondimos el dinero, la cámara y el portátil en tres sitios diferentes de la habitación..jajaja, súper paranoicos. Finalmente nos metimos en la cama rezando que no entraran a robar y no se formara una orgía china en la habitación de al lado.

Al día siguiente nos levantamos y nos fuimos por patas del pisito, sin ducharnos ni nada… Sorprendimos nos quedamos cuando vimos que de día no quedaba nada del Kandging de noche… Las prostitutas se transformaron en monjes budistas tibetanos, los bares de neones por monasterios y los bares por mercados… ahora los militares y policías seguían allí, como en toda china.
















Así, que deducimos quedarnos a visitar el lugar y relajarnos un poco después de la nochecita que habíamos pasado.





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