Como no escarmentamos, decidimos coger otra vez un autobús nocturno hasta la ciudad más grande del sur de Laos, Paske. Pero esta vez, acertamos…oy oy… un autobús cama, sí sí, con su almohada, su mantita recien lavada, unos bollos para comer y agua. Madre mía, esto sí que es lujo asiático, por fin.
El único problemilla que surgió es que las camas eran dobles, por lo tanto te tocaba compartir la cama. Si la gente en el suroeste asiático usará la lógica, cuando nos asignaron los asientos hubiera sido lógico, ya que somos pareja, que nos pusieran en la misma cama, no? Pues noooooooooo!!! Siempre hay que liarla. Lo peor no es que me tocaba dormir con otra persona, sino que me toco dormir con un monje, tomaaaaaa. Y lo peor es que los monjes, no pueden ser tocados por las mujeres, sabéis. Así que me tocaba dormir toda la noche en un rincón de una mini cama con un monje en un autobús. A esto yo lo llamo, clase B y lo demás es tontería. Así que le dije al chico que asignaba los asientos, cuando le fui a contar la situación. Le dije: “mira tu veras, yo te doy dos opciones o me cambias con mi novio y todos tan contentos, o le pego un abrazo al monje, ya de primeras, para romper el hielo y me duermo abrazada a él como un gusiluz. Porque yo paso de no dormir esta noche”. El chaval no sabia donde meterse, y al final yo no se que hicieron pero yo dormí con el Gerard y el monje sólo, espatarrado.
Paske nos hará de puente hacia nuestra ruta en moto por el Boulaven Plateau. Alquilamos la moto en Paske y nos despedimos del chico de la tienda rogándole que por favor no nos perdiera el pasaporte, por que fíate de un laosiano, sabes.
.
Con una fotocopia de un mapa de la zona (que no hay dinero para más), una muda y la cámara nos fuimos a descubrir la zona de gigantes cascadas y el lugar que algunos consideran que se produce el mejor café del mundo. Aunque en Gerard dice que tampoco es para tanto. La verdad, es que nosotros no íbamos buscando ni café, ni cascadas. Sino ver es Laos tan rural y real que la gente nos había contado. La verdad, es que no tardemos mucho en encontrarlo, sólo a 8 km a las afueras de Paske, su paisaje va cambiando a cada quilometro que te alejas de la ciudad. Los edificios y las carreteras se cambian por bosque, campos de cultivo y caminos de tierra
Cuando llevábamos una hora de camino, pasó la tragedia… NOOOOOOO!!! Otra vez no! Me quedé sin batería en la cámara, pero como puedo ser tan inútil, pensareis algunos, pues no lo se, pero lo soy. Así que después de 10 minutos encima de la moto en estado de shock, pensé: “ bueno, la Fatima estuvo aquí y seguro que tiene fotos que me puede dejar…” y Yess! Aquí tengo las fotos cedidas por Fatima y su blog…
Como no quiero meter el rollo, de cómo es la vida de la gente pobre, la suerte que tenemos de vivir donde vivimos, o la humildad y la amabilidad de la gente de Laos. Os dejo con algunas fotos , porque como se suele decir una foto vale más que mil palabras…
La autora de las fotos: Fatima. |
Espero que os gustara la zona, porque otra cosa no, pero autentica si que era! :)
ResponderEliminar