Next Stop, Camboya.

Laos y Camboya están en la posición 42  y 43 de los países más pobres del mundo. Según parece no debería haber mucha diferencia entre ellos, verdad?. Pues a mí parecer la hay, yo no se si es la influencia del comunismo, la fe en su religión o el pasado de ambos países, pero se nota incluso en la mirada de la gente que la pobreza hace más mella que en su país vecino.

Sólo cruzar la frontera se aprecia que algo es diferente. Mientras que en Laos, todo el camino que nos llevó a la frontera, se observaba los kilómetros y kilómetros de campos de cultivo y sus campesinos trabajando en ellos. Justo después de la frontera en territorio ya camboyano, no había nada ni nadie. Leí hace tiempo, que los campesinos camboyanos no pueden ampliar sus campos, ya que no es seguro. Debido a la cantidad de minas antipersonas esparcidas por el país sin poder ser localizadas. Así que se limitan a cosechar el terreno que se considera seguro, limitando la productividad agrícola del país.

Otra cosa que me sorprendió es la basura que hay por todos lados. Bolsas y bolsas de basura amontonadas en todos los rincones. Aunque es verdad, que ningún país del suroeste asiático que hemos visitado, optan a poder estar en las posiciones altas de los países más limpios del mundo. Lo de Camboya es exagerado, sobretodo en la zona de los mercados.

Mientras en Laos en las zona más pobres, veías a los niños lavándose en el río, iban vestidos (con la ropa sucia pero vestidos). En Camboya, si encuentras niños sin ropa o muy sucios.

Pero es cuando llegas a la capital, Phnom Phen, que ves la gran diferencia social y económica que existe dentro la población Camboya. Ricos o pobres, pocos son la clase media. Aunque todo se camufla muy bien para los turistas, que nos concentran a todos en la zona más bonita y antigua de la ciudad. Aún así la pobreza se palpa, en cada esquina, en cada edifcicio, en cada mirada.

 

Nuestra estancia en Phnom Phen ha sido corta y marcada por una calor insoportable. Así que decidimos visitar los cuatro puntos que considerabamos más interesantes sin prisas y refugiandonos de el calor en las terrizas con una cervecita muy fria.

Aquí, un tuk tukero tangando a unos guiris. 

 

Viva la fotocopia¡¡¡