1 de junio de 2011

Kota Bharu, ciudad islamista.

Nada más dejar las Perhentian atrás, nos dirigimos a Kota Bharu. La ciudad más grande del norte de Malasia (pero, vamos, nunca lo dirías), localizada entre la frontera con Tailandia y las Islas Perhentian. Estos dos motivos son básicamente por los que la mayoría de mochileros paran en esta ciudad. El nuestro, en cambio, era llegar allí para coger el ¨ Jungle Train¨ hacía Taman Negara (una jungla en el centro de Malasia, declarada Parque Nacional). Como no teníamos prisa decidimos quedarnos un par de noches y organizar bien como llegar a Taman Negara.

De Kota Bharu cabe destacar que el 95% de su población es Malay (es decir, que la mayoría de la población practican el Islam, y no sabéis de que manera…). Kota Bharu se considera una de las ciudades con más devotos musulmanes, los más conservadores y también, claro esta, uno de los estados más pobres del país. Creéis que tendrá algo que ver?

Si le sumamos que en este estado gobierna el PAS (Partido Islamista por Malasia), nos encontramos con una ciudad, donde las parejas cuando van al cine tienen que ver la peli separados (las mujeres a un lado y los hombres al otro) y con la luz encendida, eh. Se separan las mujeres solteras de las casadas en las cola del super o puedes ser multado por ir cogido de la mano de tu pareja. Lo único bueno que tiene (si hay una parte buena, es que solo se aplican estas leyes a los musulmanes, el resto podemos disfrutar sentarnos en el cine juntos, pero con la luz encendida, claro esta.

En Kota Bharu, con unas amigas.
Así no es de extrañar que al coger un bus local, se me sentara un señor de unos 70 años enfrente y el pobre solo hacia que mirarme las piernas (porque evidentemente con el calor que hace en este país iba con unos shorts shortisssimos). Y el hombre me miraba las piernas y después me miraba a la cara, y otra vez, me miraba las piernas, con los ojos fuera de las orbitas.  Y con carita de: ¨Hija mía, pero como me vas con estos pantalones… que no ves que vas al infierno directa¨. Pues así se  paso el hombre los 20 minutos de trayecto. A mi al final me daba hasta la risa de verlo tan compungido al pobre hombre. Aunque tengo que decir, que me miraban peor las mujeres que los hombres.


Como estábamos un poco saturados de musulmanes y mezquitas por todos los lados. El segundo día, nos fuimos a ver el Buda reclinado más grande del sur-oeste asiático.

Cogimos el bus local hasta Chabang Tang, según el chico de la Guest House desde ese punto se podían visitar varios templos budistas que habían en los alrededores. Todo ¨walking distance¨, según él. Pues para allí que nos fuimos y nos pusimos a caminar en busca del buda reclinado que parecía el más interesante. 3.5 km separaban el buda de la parada de autobús. Fácil, no? Eso pensábamos nosotros también. Hasta que a los 15 min. de ir caminando por la cuneta de la carreta (que malasia no seria uno de los países pioneros en seguridad vial) con coches y sobretodo motos pasándonos a ras. Vimos que el caminito se nos iba hacer más largo de lo que esperábamos. El segundo problema fue el calor y el sol. Yo creo que experimenté que siente un pollo cuando lo rusten, literal, eh. Nuestros poros no daban abasto sacando nuestra sudor. Y lo más desesperante era, preguntarle a un aldeano si quedaba mucho y el se reía y decía: ¨straight straight¨, eso se traduce como, aún te queda un trecho, nena.



Pero de repente, de la nada, al lado de la carretera… apareció el templo y su gigantesco buda, allí dormidito.





Allí también se encontraban los monjes que cuidan al graduchón y otros templos dedicados a Buda. La visita al templo es gratuita, pero se puede dejar una donación. Y yo que soy una persona como dios manda, por supuesto fui a dejar un par de ringgits, pero a cambio cogí unos incienso, claro. No olvidéis que soy catalana. Así que, allí estaba yo con mis inciensos y mis cosas cuando de repente llega un grupo de chinos (gritones, por supuesto) y se acabo la paz en el templo budista. Pero lo peor, es que cuando me doy cuenta había 4 chinos encima de la caja de donaciones (algunos con llaves en las manos y otros con el incienso, intentando sacar mis 2 ringgit!!). Pero por dios, se puede ser mas rastrero, nooooooo. Por supuesto, para allí que me fui indignadísima a decirles que los riggints eran míos y que pararan. Así que los chinos se hicieron los suecos y después hacían como si quisieran meterlos para adentro, sabes.




Después del paseíto de ida, se nos quitaron las ganas de seguir buscando templos (más que nada para evitar un cáncer de piel) y nos fuimos de vuelta a Kota Bharu, cenar algo en el mercadillo nocturno y irnos a descansar que al dia siguiente a las 7 nos salía el tren para Taman Negara. Que, que hay en Taman Negara??  Os lo descubriré en la próxima entrada.


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