14 de junio de 2011

Lovina

Lovina, se encuentra en la zona más norte de la isla. Se divide en varias partes (como en diferentes pueblecitos) que están unidos por la misma playa. Nosotros nos quedamos en una playa pequeñita al lado de un pueblo de pescadores, llamado Anturan.

Detalle barca de pescadores.

Después cruzar la isla entera con el coche y ver la muerte de muy cerca, decidimos que queríamos quedarnos en un sitio bonito a pasar el día y no hacer nada.

Así, que buscamos un hotelito al lado de la playa (que nos salio tirado de precio, gracias al regateo) y nos fuimos a la playa. Como ese día era de relax, nos lo tomamos en serio, y nos permitimos el mini lujo de hacernos un masaje de cuerpo entero, tirados en la playa. Los dos masajes nos costaron 3.5 euros… sin comentarios.



Mientras el Gerard se hacia un masaje me fui a dar una vuelta por el pueblo de pescadores. Es increíble como vive esa gente, son estos momentos en los que te das cuenta que ellos viven en otra vida, que no tiene nada que ver con la tuya. Me quede un rato sentada en un muro, solo viendo pasar a la gente y mirando lo que sucedía a mi alrededor, y me costaba creer que aún había gente que no le importan las marcas, no tienen casas exquisitamente decoradas, los niños andan a sus anchas por la calle por la playa, descalzos jugando en sus mundos imaginarios. En el mismo sitio donde cocinan, tiene a un cerdo, a sus crías, un par de gallos y gallinas que rompe con tu imagen de donde se cocina = tiene que estar limpio… Tranquilos, sonrientes, sin estrés, solo disfrutando de lo que la vida, o en su caso los dioses les ha dado.





En, una de estas un pescador me para y me dice: “ quieres comer pescado esta noche?¨. El hombre se dedicaba a pescar y cocinar su pesca para los turista. Me cogió de la mano y me llevo hasta su barco, y me enseño una barracuda gigante que había pescado. Y  me decía: ¨ esta noche, barracuda para cenar, en la bbq, very cheap, very cheap¨.  No le di un sí por respuesta, pero vistos los precios de los restaurantes de la zona y la barracuda (que aún respiraba cuando me la enseñó) me rondaba por la cabeza. Decidimos, que mejor que comer comida local y pescadito fresco…? No, nos arrepentimos, porque a parte que el pescado estaba buenísimo, nos dieron un montón de comida y compartimos la velada con su familia, que sacaron la guitarra y se pusieron a cantar para nosotros, canciones balinesas tipo Beach Boys style… muy bueno.



La verdad, que después de tanto balineses intentando venderte algo, se agradece que alguien se preocupe de que disfrutes y de no hacer negocio contigo.

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